A veces los nombres comerciales son elegidos a gusto, por herencia o por cuestiones de marketing, sin embargo, otras veces llegan solos, como que estaban destinados para un lugar. Este es el caso de Restaurante Garibaldi que en un primer momento se ubicó en el puerto local. A minutos de allí, se había librado el Combate de la Costa Brava, donde la escuadra nacional comandada por el Almirante Brown se enfrentaba al corsario italiano Giuseppe Garibaldi, cuyo paso quedó inmortalizado en una isla que lleva su nombre y en una cancha que así llamamos cuando salimos de pesca. Pero sí en este caso fue la historia grande la que guió la elección del nombre, también colaboraron para ello las anécdotas y leyendas locales de la prodigiosa ciudad de La Paz, Entre Ríos. Un grupo de amigos se solía reunir todas las tardes en un almacén y bar de ramos generales ubicado también en el puerto a jugar al truco, a tomar unos mates y a ponerse al día con todo lo que ocurría o dejaba de ocurrir en el pueblo. Uno de esos afortunados solicitó a su madre un pequeño espacio para construir un rancho así el grupo tenía locación propia para hacer de las suyas y así ocurrió. Al pequeño rancho de paja se sumaron mesas y sillas y siempre allí sonó una guitarra y animadores varios contando incluso, cada vez que podía, con la presencia del inolvidable Linares Cardozo. A este grupo se lo bautizó como “los bandoleros de Garibaldi”, y fue casi de casualidad que allí se ubicó nuestro restaurante donde su propietario, “Cacho” Carranza, eligió el nombre y luego comenzó a enterarse de todo lo ocurrido con detalles y fechas exactas. Dicen las buenas lenguas y las malas también, que en la batalla entre Giuseppe Garibaldi y el Almirante Brown todavía se sigue buscando en la costa el famoso tesoro que llevaba el bergantín del italiano. Nosotros conocemos algunos de los secretos de ese singular tesoro y te invitamos a disfrutarlo en cada plato, en nuestro propio Garibaldi.